Karen no
entiende por qué Colsanitas, gran promotor del tenis, no la patrocina.
Desde su
cuenta en Twitter, Karen Castiblanco dio a conocer la mala noticia: no tiene
recursos económicos para continuar su carrera y ahora busca con desespero un
patrocinador para continuar.
Venida de
una humilde familia (estrato 3), Karen siempre recibió el apoyo financiero de
sus padres, pero en un deporte tan costoso como el tenis llegó un punto en que
el bolsillo no aguantó. Pudo costearse en los últimos meses, sin embargo
tampoco logró sostenerse sola.
Ni siquiera
siendo la número tres del país, tener 27 títulos en dobles y ser parte de la
selección nacional durante los últimos siete años, le permitieron a Castiblanco
gozar del apoyo de una empresa privada para progresar, o por lo menos
mantenerse.
¿Cuál es su situación actual?
Desafortunadamente
me toca parar mi carrera porque no tengo recursos económicos. Nunca he tenido
apoyo de la empresa privada, siempre me defendí con el dinero de mis papás, en
la mayoría de las veces la tuve contada y en mi casa también quedaban con lo
justo.
¿Quién tomó la decisión?
Yo la tomé.
Si fuera por mi papá vendería la casa, pero no es justo que mis padres se sigan
sacrificando. Además, tengo dos hermanos los cuales en algunos casos recibieron
menos que yo y eso debe cambiar.
¿Hace cuánto pensó en parar?
Desde julio
de 2011 venía en esa situación, por fortuna tuve un buen 2011 y en los últimos
meses me pagué los gastos, pero ahora no me alcanza y creo que mis padres ya
cumplieron con su parte.
¿Qué apoyo recibe de la Federación o la
Liga de Bogotá?
Por
obligación, la Federación tiene que cumplir cuando se juega con Colombia, pero
en la parte personal el apoyo es nulo al igual que con la Liga.
¿Ha tenido algún acercamiento con
Colsánitas?
Yo me
preguntó por qué no me apoyan, si soy la raqueta número tres de Colombia. Pero
no lo he buscado porque ellos se encargan de seleccionar a los tenistas que
quieren patrocinar.
¿Cuánto puede costar su temporada?
Alrededor de
50 mil dólares, aproximadamente 100 millones de pesos, lo cual para una empresa
privada no es mucho. En ese presupuesto va integrado un entrenador y un grupo
de trabajo que cumpla con las necesidades básicas. A mí siempre me tocó jugar
sola y estar pendiente de todo.
¿Tenía programados torneos en las próximas
semanas?
Hace dos
semanas llegué de México, donde Iba a jugar dos torneos y luego tres en Estados
Unidos, pero tuve que devolverme por falta de dinero.
¿Hay algún torneo de bajo costo para
competir por ahora?
En Colombia
no, mientras que en Venezuela y México hay algunos, pero por mi ranking no me
sirven y tampoco me dejarían ganancias representativas.
¿Qué tanto limitó la situación económica su
profesión en los últimos años?
Demasiado,
el profesional no solo se resume en jugar y viajar, detrás hay un grupo de
trabajo que te ayuda a crecer, y en mi caso siempre estuve sola, aunque eso
también me ayudó a madurar más rápido. Pero es muy difícil estar en esa
situación, inclusive arriesgándome varias veces en ciudades que no conozco.
¿Habló con compañeros tenistas al respecto?
Sí claro,
pero el tenis es un deporte individual y varias de ellos también pasan por
dificultades para mantenerse, entonces no me pueden ayudar mucho.
¿Qué pasa por su cabeza en estos momentos?
Muchas
cosas. Llevo toda mi vida compitiendo, representando y dejando el nombre de
Colombia en alto, pero tener que dar ahora un paso al costado, me duele. Sin
embargo tengo la esperanza de conseguir un patrocinador y seguir adelante con
mi carrera.
¿Ha pensado en qué hacer mientras tanto?
Me pondría a
estudiar, obviamente en algún tema deportivo porque yo nací para esto. Quizás
tenga que trabajar en otra cosa, pero esa sería mi última opción, por ahora me
estoy moviendo para conseguir un patrocinio.
¿Tuvo otra adversidad en su vida?
Afortunadamente
no, en mi humilde familia no ha pasado nada grave, problemas normales que pasan
en todo lado, pero tengo un hogar estable, sano, unido, que siempre me brindó
todo.
¿Cómo afronta sus problemas desde la parte
espiritual?
Soy
cristiana, muy entregada a Dios, por ahora estoy orando para salir adelante y
tengo la esperanza de que así sea. Lo que pase, que sea lo mejor para mí y mi
familia.
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