Varios jugadores afirman que la pelota pica menos en la arcilla azul. (FOTO: DAYLIFE)
Este fin de
semana se dará un hecho histórico en el tenis mundial, con el inicio del
Masters 1000 de Madrid: se jugará por primera vez un partido sobre una cancha
de arcilla, tierra batida o polvo de ladrido azul. Sí, azul.
Desde que se
confirmó la idea, hace más de un año, se generó una gran polémica. Varios
jugadores reprocharon el ‘experimento’, sobresaliendo Rafael Nadal. Otros
aprobaron la iniciativa, y algunos no le dieron mayor relevancia.
Inclusive,
algunos bromearon, como el canadiense Milos Raonic, que la bautizó como arcilla
‘Pitufo”. En cambio, la rusa Svetlana Kuznetsova aseguró que no sabía si estaba
jugando en una cancha o en una piscina.
Pero, ¿por
qué jugar en arcilla azul? Es evidente que la intención de los organizadores
del torneo es llamar la atención, algo válido y que ya lo lograron, aunque
todavía no tienen asegurado el éxito.
Las críticas
giran en torno al irrespeto que genera frente a la tradición del deporte. En la
temporada de ‘torneos rojos’, se jugará sobre canchas azules, un problema estético
y conservador, pero que va en contra de la costumbre. Es como si en Wimbledon
alguien jugara vestido de otro color diferente al blanco.
El problema
de fondo no es si la arcilla es azul, rosada, o negra; al parecer la superficie
tiene condiciones diferentes a la que todos conocemos y que es roja. Según los
ingenieros encargados del acondicionamiento de la cancha, no hay diferencia.
Pero de
acuerdo a la experiencia de algunos jugadores, sí hay cambios. Raonic aseguró
que “es más lisa y la pelota rebota menos”. Novak Djokovic también comentó que
“el bote es un poco diferente, especialmente con los golpes cortados”.
Habrá que
esperar la próxima semana para ver la adaptación de todos los jugadores y sacar
conclusiones. Puede que la idea obtenga el éxito. Quizás podría ser el inicio
de un cambio radical en la historia del tenis.
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