El ‘Ojo de Halcón’ de Wimbledon


Rufus, en su trabajo habitual.


Entre las tradiciones y curiosidades que sobresalen en Wimbledon, se encuentra la historia de un ilustre empleado a cargo del cuidado de las canchas del All England Lawn Tennis: Rufus.


Este halcón de un metro y 22 centímetros de estatura va por su cuarto Wimbledon trabajando bajo las órdenes de Wayne Davis, un criador de aves en profesión desde los 11 años y asociado a Wimbledon a partir de 1999.

Rufus se encarga de custodiar las 42 hectáreas que componen las canchas del club, con el objetivo de espantar las palomas del sector que pueden maltratar el gramado.


Wayne Davis y su amigo Rufus.


“Las palomas tienen poca memoria y es necesario recordarles constantemente la presencia amenazante de Rufus. Además, los edificios y otras estructuras en los jardines son atractivas para la construcción del nido, y con las palomas de cría rápidamente, su número podría llegar a ser difícil de controlar sin la disuasión constante”, comentó Davis en una entrevista al periódico inglés Express.

Aunque su imponente imagen imprime miedo, Rufus está entrenado para espantar y no matar. Su recorrido empieza en la madrugada y va hasta una hora antes de que comiencen los partidos, así como en la tarde-noche, tras concluir la programación.

“Rufus está conmigo desde que tenía unas semanas de vida”, agrega Davis, que utiliza un sistema de silbidos para orientar a su inseparable amigo. El animal no representa peligro para los espectadores, inclusive, tiene su propia credencial como trabajador del club, como se aprecia en esta nota de la BBC:


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